Fundada en 1977, Valsem Industries diseña, produce y distribuye membranas técnicas flexibles, compuestas por varias capas, que ofrecen una gran resistencia mecánica y anticorrosión. Un know-how único que le confiere una posición envidiable en las industrias farmacéutica, aeronáutica y aeroespacial: "Nuestros productos se utilizan, en particular, para embalar las hélices de los aviones, así como las mangueras flexibles BOA para los cohetes como el Ariane 4 y 5", explica Jean-François Daviet, director general de la empresa que adquirió en 2010. Consciente del coste económico y ecológico de las mascarillas quirúrgicas desechables, movilizó parte de sus recursos tecnológicos para desarrollar un nuevo concepto de mascarilla, "nacida en la Chartreuse", hasta 30 veces más económicas que las mascarillas habituales.

Un mercado internacional sostenible

Certificadas por Afnor S76-001, con un grado de protección muy elevado (99%), estas máscarillas de la gama DESS han superado con éxito el umbral de los 100 lavados sin perder sus cualidades: "¡Su capacidad de filtración aumenta aún más cuanto más se lava! Además, se pueden reciclar, personalizar y ofrecer la máxima transpirabilidad", promete Jean-François Daviet. Desde el comienzo de la primavera, varios centenares de miles de máscarillas han salido ya de las fábricas de Valsem Industries, para ser vendidas primero al público en general, a través de una tienda en línea dedicada, y luego al mercado empresarial y a las autoridades locales de todo el mundo. Con carácter humanitario, la empresa también ha difundido su tecnología, en forma de kits, a países con dificultades como Burkina Faso y México. Jean-François Daviet prevé que esta producción de mascarillas sea sostenible más allá del fin de la pandemia: "El mercado será sostenible, sobre todo en Asia, donde llevar una mascarilla se ha convertido en un reflejo a la menor alerta sanitaria.